El héroe de la Sub-19, aquel que nos brindó un nuevo título europeo, perdía ayer a su padre después del trofeo naranja jugado entre el Valencia CF y la AS Roma. Marcó el tercer gol para su equipo, en los últimos minutos, para certificar que iba a volver a levantar una nueva copa.
Cuando acabó el partido, varios dirigentes del club se ofrecieron para llevarle a casa, pero él prefirió salir del campo e ir con su madre y su padre andando hasta casa. Entonces sucedió la tragedia, el paro cardíaco, la embolia... Lo que fuera, que creo que es lo menos importante... Lo importante es que Paco, con apenas 17 años, tuvo que presenciar como su padre se desplomaba ante sus ojos, y apenas media hora después, con los médicos del club intentando reanimarlo, sus ojos se cerraron para siempre, pero llenos de orgullo de ver a su hijo marcar en Mestalla y ganar la copa de su tierra, de saber que su hijo, hizo algo más que triunfar con su selección.
Si algo le tiene que quedar claro a Paco, es que su padre ya lo observa desde el cielo, y el ya sabe, de hecho creo que está más que seguro, de que va a ver a su hijo triunfar. Ya ha visto su sueño cumplido, su hijo se está haciendo un nombre en el fútbol, lo ha visto marcar en Mestalla... Con tan solo 17 años, es el diamante en bruto de Mestalla, con los años, será un grande de nuestra selección. No sé si volveremos a ganar un mundial o una Eurocopa, solo sé, que Paco será uno de aquellos futbolistas que nos siga haciendo soñar con que podemos.
Mucho ánimo Paco, toda la fuerza del mundo para atravesar estos momentos, nunca es justo perder a un padre, después del debut soñado y con 17 años todavía menos. Solo queda luchar y triunfar, y dedicarle cada victoria a tu padre, que de bien seguro estará viéndola desde el cielo y llorando de felicidad. Demuéstrale todo lo que vales, a él (que ya lo sabe) y al resto del mundo. "Va por tí, Papá".
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