lunes, 12 de diciembre de 2011

Invocando al espíritu de Levante...


23:22. Una hora común de un día que se planteaba indispensable para la salvación, ganar o ganar, nuestra única meta. La tarde comenzaba optimista, lo ibamos a conseguir, como siempre. Pero no, la realidad a estas horas es que estamos muriendo poco a poco y que no podemos ponerle remedio. Que por mucho que la Romareda unida se ponga en contra del “señor” Agapito Iglesias, este no va a mover ni un dedo, ni por irse, ni por arreglar lo que el mismo se está encargando de asesinar.
La realidad es que hemos visto uno de los peores partidos que recuerdo en nuestra casa, la realidad es que de nuestros once gladiadores del año pasado, de esos que nos hicieron soñar con que se podía, de esos que lograron unir a 11000 almas zaragocistas en Valencia… De esos jugadores hoy había cuatro, cuatro contando a Pinter como gladiador del año pasado. Así no se construye el futuro, y no se construye porque no existe.
La realidad se ha visto reflejada, nuestra única solución es encontrar la manera de clonar a Ponzio, que en cada partido, sin estar al 100% se multiplica. Le echa garra y esfuerzo, se deja el alma, porque lleva al león en su corazón y al azul y blanco por bandera. Los demás? Vagos esfuerzos de gente con experiencia, de canteranos, de Roberto… Pero no tenemos centro del campo, y no tenemos nada. No han tenido ideas, se han quedado muertos en el campo, sin nada a lo que aferrarse.
Y mientras tanto, la afición aguantando el frío, animando fuerte incluso después del gol, porque queremos estar con ellos, apoyarles, que sientan que no están ni de lejos solos. Pero no podemos empujar la pelota por ellos, y eso me duele, porque ellos no saben.
No pido años de copa del rey, no pido llegar a puestos europeos… Es que creo que ya ni pido jugar en primera división, pagaría el precio que fuera porque al año que viene mi Zaragoza, este que mueve mi alma, y que hace latir día sí y día también a mi corazón, jugara en segunda división, si cavalgamos por esos campos que a veces están intratables… Es que me da igual, porque yo lo que quiero es SEGUIR VIVIENDO. Y si mi Zaragoza muere, muero yo con él. Esta es la realidad, lo que nos deja Agapito, nosotros seguiremos luchando, a matar o morir, por lo civil o por lo criminal. Porque este es el orgullo de nuestra tierra, y no lo vamos a dejar escapar tan fácilmente.
Hoy lo veo todo negro, veo que esta parte de mi alma, que mas quiero y necesito, se muere, se muere sin remedio, veo a la gente rendida. Y veo que todos nuestras noches de copa, nuestros títulos, nuestros jugadores leyenda… Que todo se esta borrando de nuestro camino, que quieren borrar de nuestras vidas, de nuestro escudo de león, ese golazo de Galletti, en Montjuic todavía se escuchan los gritos de esta afición, que estalló de alegría. París será siempre blanquiazul, y el parque de los principes recuerda con añoranza que fuimos campeones de Europa hace no tanto tiempo.
Echo en falta a jugadores leyenda, pero sobretodo a jugadores peleones, que no siempre siendo de esta tierra, defiendan a mi Zaragoza como si fuera su vida la que esta en juego. Nuestra historia esta llena de esos nombres, Xavi Aguado, Andoni Cedrún, Aragón, Esnaider… Y no yendonos tan lejos, un tal Gabi Fernández, Leo Ponzio o Toni Doblas….
No puedo ni quiero permitir, que todo esto se vaya a la mierda. Llevo horas llorando, pensando en que no nos puede ir peor. Que somos colistas, y que realmente eso no importaría, que lo realmente jodido es que no nos podemos permitir ese descenso, económicamente hablando, porque de ánimo… Ese nunca nos va a faltar, por mi parte me dejaré la garganta cada vez que tenga la oportunidad, mis manos estarán rojas de tanto aplaudir… Lo único que quiero es VIVIR, y ahora mismo lo veo un poco lejos.
Nuestra siguiente estación es San Mamés, y lo veo tan grande, tan lejos. Y pienso: “La que se nos espera”. Los leones, y pienso que el que podía ser un partido bonito para Ander Herrera, se va a convertir en su pesadilla. No va a fallar al Athletic, obviamente, pero sé que le va a doler ver al Zaragoza así, y sentir que una parte de él nos va a dar otro palo. Ya no tengo fe en ganar fuera de casa. Espero hacer de la Romareda un fortín, y hacer una segunda vuelta de vértigo.
Ni más ni menos, estoy decepcionada, angustiada, irritada, pero sobretodo triste. Triste porque creo que la gente que podría sacarnos de esta está lejos, y que las 20000 almas que se reunen en la Romareda cada domingo no podemos hacer nada.
Sin embargo me resigno a ver morir poco a poco a mi Zaragoza. No quiero pensar que nos quedan seis meses para disfrutar juntos. Quiero creer que tendremos una final como la de Levante y la ganaremos. Aunque tenga que salir yo al campo a pegarle.
Y ya solo quiero dar las gracias a todos esos leones vascos, cartagenistas, y sobretodo zaragocistas tristes, que han intentado levantarme el ánimo hoy. Es complicado. Pero lo vamos a intentar, rendirse no está en nuestro diccionario, eso lo sabemos. De aquí hacia arriba, y ya está. El Zaragoza no va a morir, y no va a morir porque nosotros morimos con él.
ZARAGOZA NUNCA SE RINDE.


Tenéis nuestro apoyo, queremos vuestra entrega.