Gracias no parece suficiente…
No me gusta nada decir
adiós, ni despedir a alguien que ha dado tanto al equipo de tu vida, una
persona que tiene la capacidad de hacer sonreír a media Zaragoza con un solo tweet
de buenos días, alguien quien transmite alegría y buen rollo nada más cruzar
una sonrisa con él. Un portero de 10.
Es difícil tener que dejar
ir, por razones que ya han dejado de importar, a alguien que siente Zaragoza
como su casa. Más difícil todavía si no es la primera vez que esta persona se
tiene que despedir, aunque todas las anteriores apenas hayan sido un “hasta pronto”.
Esto es más difícil todavía
si la persona de la que hablas es Toni Doblas. Un modelo a seguir para todos,
una persona optimista, noble y buena gente, con la capacidad de contagiar su
alegría, y además un gran jugador. Parece imposible dejar escapar a alguien así…
Llevo varios días
intentando encontrar las palabras, pero estas solo forman pensamientos sin
sentido en mi cabeza. Quisiera ser capaz de mostrar mi alegría por volver a
verle jugar tanto como mi tristeza por no volver a verle jamás vestido de
blanquiazul.
Cada noche desde hace seis
meses he soñado con que se juntara el cielo y la tierra para poder verle
defendiendo, aunque fuera solo por última vez, la Puerta del Carmen. No ha
habido suerte, y ya solo le pedía al universo que encontrara un equipo a su
altura, uno que supiera apreciar 100% lo que Toni tiene para ofrecerles.
Y aunque ese club llegó, y
pese a que pensaba que ya tenía admitido que su ciclo en el Zaragoza había
acabado, la noticia me cayó con todo su peso. Primero alegría desmedida, porque
falta muchísimo menos para volver a verle jugar, para verle parar penaltis,
estirarse, desdoblarse… ¡¡Porque ya no puedo aguantar más sin verle hacer eso!!
Después, con tiempo para
pensar, la tristeza se apoderó de mi, porque se tenga que ir a jugar a miles de
km de España, lástima que ese rayito de esperanza de que pudiera hacerlo en
Zaragoza se desvaneciera de golpe, si bien lo supe siempre no lo quise admitir
hasta ese momento.
Y desde entonces la
alegría y la tristeza se han ido alternando, tristeza al leer la preciosa carta
que dedicó a todos zaragocistas, al recordar que en menos de un mes se cumplirá
un año de la última vez que pude verle jugar en directo y que probablemente tenga
que pasar mucho más tiempo todavía para volver a hacerlo… Alegría al ver la
presentación con el Khazar Lankaran, al leer sus ‘desgraciadas’ aventuras en su
nuevo blog.
El martes tuve la
oportunidad de despedir a alguien así, normal que no encontrara las palabras
exactas que quería decirle… ¿Cómo explicar que estás tan alegre y triste a la
vez? Ya sólo espero verle jugar pronto, muy pronto, y sobretodo que emitan la
liga azerbaijana por algún rincón de Internet, para que la próxima vez que le
vuelva a ver, si es que tengo esa oportunidad, poder decirle orgullosa que ya sólo
estoy contenta, que no hay mayor satisfacción en el mundo del fútbol que verle
con los guantes puestos.
Hoy, me sigo sintiendo
triste, como la mayoría de la afición zaragocista, porque alguien que dice: “y si me cabía alguna duda, en este tiempo
me dí cuenta que en una parte de mi corazón se ha quedado ese ‘León Rampante’
que me hace ser un ‘Sevimaño’”, se queda en nuestros corazones para siempre,
estoy segura que a la Romareda le hubiera gustado despedir en pie a alguien que
defendió con tanto orgullo la Puerta del Carmen. No fue así, pero espero que él
sepa a ciencia cierta que así hubiera sido, y que lo que esta afición siente
por él no cambiara nunca. Por mucho que le pese a algunos…
Personalmente diré que
GRACIAS no me parece suficiente, porque aún con el gesto más pequeño es capaz
de hacerme feliz durante mucho tiempo. Estoy impaciente por verle parar un
nuevo penalti, no estoy muy segura en que idioma le gritará a su defensa, pero
también tengo ganas de verlo :D Me quedo con sus palabras, con su trocito de
corazón blanquillo, y con su valentía por atreverse a adentrarse en tal
aventura, que hacen que le admire todavía un poquito más. Por todo esto, no te
digo adiós si no hasta siempre. Seguiré
durmiendo tranquila porque SIEMPRE guardarás mis sueños…
QUERÍA DECIRTE
COMO TE HE DICHO OTRAS VECES, QUE PASE LO QUE PASE ESTOY AQUÍ.