domingo, 22 de enero de 2012

Por volver a disfrutar.

Hoy, 22 de enero de 2012, vamos todos a un estadio en Valencia, a ese estadio, al del Levante, un día más. Y volvemos allí porque aquel 21 de mayo nuestro equipo decidió que una vez más no bajaba los brazos, si no que luchaba hasta el final y ese final estuvo lleno de lágrimas entremezcladas con sonrisas, sonrisas al ver a nuestro equipo campeón, porque jugar en primera será siempre nuestro mejor título.
Hoy, este partido es tan diferente y a la vez tan parecido a ese día. Sin elegirlo el mismo estadio nos da dos opciones: Vivir o morir.
Si hoy ganamos, no significa que nos salvamos, pero sí significaría el poder seguir soñando, el tener la posibilidad una vez más de ir a la Romareda con el alma en vilo por ver a nuestro equipo pelear lo que todos queremos.
Si hoy perdemos… Se desvanecen nuestros sueños e ilusiones, se iría nuestro único objetivo, que es volver a disfrutar una vez más de la máxima categoría del fútbol español.
Quedan poco menos de tres horas para comenzar nuestra batalla, nuestra última o primera oportunidad. Hoy, como ayer, soñamos con ganar, con que nuestro equipo enseñe esas garras que hace no tanto tiempo nos hicieron rugir. Queremos recuperar esa pasión, para apoyar ciegamente a unos chavales, que tienen que darlo todo por un equipo que siempre nos lo ha dado todo.
La última vez que visitamos ese estadio, salimos victoriosos y agradecidos a unos jugadores que ya no están, pero que sabemos que hoy estarán como nosotros, apoyando desde la distancia.
La última vez el Ciutat de Valencia fue una pequeña Romareda… Es algo de lo que muchos estamos orgullosos, de llevar a nuestro equipo en volandas, para poder seguir jugando entre otros, en ese estadio.
Esto es ya solo un recuerdo, un bonito recuerdo que nos deja todavía más tocados, porque sabemos lo que es la unión de una afición con un equipo, nosotros estamos dispuestos, solo falta que ellos se decidan a darnoslo todo. Si después de eso caemos, también lo haremos juntos.
Más allá de Agapito, más allá de resultados o de que nos guste su juego, si lo dan todo, nosotros también lo haremos.
Hoy, que por mi sangre corren más que nunca dos colores, uno blanco y otro azul, quiero demostrar que aunque esta vez no llenemos Valencia de esos colores, estaremos desde casa esperando exactamente el mismo final.
No estará todo dicho, pero quiero pensar que es el principio de un camino largo y espinoso, que al margen del final, nos deje un buen sabor de boca.
Pase lo que pase, luciré orgullosa mi bufanda y mi escudo. A estas alturas ya da igual que sea por los mejores campos de España o por los de segunda división. Solo pido lucha y compromiso, muchos ya nos lo han demostrado, ahora lo tienen que hacer los demás. Solo tienen que sacar esa garra y esa lucha de la que llevamos hablando mucho tiempo, quiero irme a dormir esta noche sabiendo, que al margen de cómo acabe la temporada, este equipo y esta afición serán siempre de primera.

martes, 17 de enero de 2012

Lección de vida, lección del fútbol.

"Tienes en la cabeza lo mismo que ha tenido Abidal en el hígado, y mañana te lo sacarán", es lo único que fui capaz de decirle a mi hijo de quince años, completamente trastornado por la terrible noticia que yo había conocido dos minutos antes. "Papá, cómprame la camiseta de Abidal. Lucharé como él y ganaré mi Champions", me respondió. No lloró. Fue el único que no lo hizo.
Entró en el quirófano con la camiseta de Abidal, y estuvo colgada en la cabecera de su cama, como una especie de objeto sagrado, durante toda la estancia hospitalaria.
Una semana después de la operación, coincidencias, en una tienda me encontré a Abidal, a quien nunca había visto antes. Le expliqué nuestro caso y con el móvil le enseñé las fotos de mi hijo con su camiseta en el hospital. Le agradecí la fuerza que nos ha dado su ejemplo. "Yo también quiero conocer a Abidal", decía mi hijo cuando se lo conté.
Después de cinco meses de operaciones, radioterapia y quimios, el pasado jueves 5 de enero algunos jugadores del Barça visitaron a los niños en el hospital. En nuestra planta los tres jugadores designados eran Puyol, Alexis y Éric Abidal, gracias a una enfermera que hizo que nos tocara Éric. Cuando Abidal entró en la habitación abrazó a mi hijo, que por primera vez lloraba sin consuelo. "Vamos, vamos, hermano, que yo estoy aquí para animarte. Yo también estoy peleando contra esta enfermedad y voy a montar una fundación que alegre y haga masajes a los chicos enfermos", le dijo a mi hijo.
Cariñoso, tierno, simpático, durante diez minutos no paró de abrazarlo. Todos estábamos muy emocionados y agradecidos. Antes de irse, al hacer un comentario del reloj, se quitó su Rolex Daytona y se lo puso al niño: "Toma, quiero que te lo quedas. Detrás está grabado mi nombre". Fue imposible hacerle desistir y devolverle el reloj. "Lo que vale ya no me importa. Quiero que el esté feliz".
Nos abrazó y continuó el recorrido por las habitaciones. Miré a mi hijo, nunca podré olvidar la expresión de felicidad que tenía, ya no se lo recordaba. Por la noche encendió la luz varias veces para mirar la inscripción que hay detrás del reloj. Mi mujer y yo no sabemos como agradecer a Abidal su atención y generosidad. Lo mínimo que podíamos hacer era escribir esta carta.
La visita de los jugadores mejoró más el estado de ánimo de los niños que cualquier medicamento. Esto hace que el Barça sea algo más que fútbol. Admiramos a Pep, Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, pero, pase lo que pase, el gran ídolo de mi familia para siempre será Éric Abidal. Para nosotros es más que un jugador. Mucha salud a los niños enfermos y un abrazo fuerte a sus padres."


Aún leyendo estas cosas, la gente sigue pensando que el fútbol es solo un deporte…
Y sí, en la teoría el fútbol es tan sólo un juego, un deporte de once tipos contra otros once tipos que compiten por meter la pelota en la portería del contrario…
Y, en un principio puede que fuera solo eso, pero con el paso del tiempo, este deporte, que tanto amo, se convirtió en mucho más.
A menudo solemos pensar que los futbolistas son personas que solamente miran por ellos mismos, que no sienten los colores de su equipo y que, muchos de ellos, tienen unos contratos estratosféricos y cobran mucho más dinero del que deberían…
Y no niego que estas frases no sean ciertas… Pero creo que todo lo que le damos al fútbol este nos lo devuelve…
No quiero hablar ya de aspectos económicos, si no del hecho de las ilusiones y pasiones que genera este gran deporte.
Ese niño, al que le han dado la peor noticia de su vida, solo piensa en ganar su particular Champions, confía ciegamente en un jugador emblemático como es Eric Abidal… Siente fuerza y ánimo, porque ha sido Abidal el que se lo ha dado. Así, sin darse cuenta, porque el fútbol es así de grande. Y es verdad que el gesto de Abidal en el hospital, a él no le cuesta nada. Y es cierto que darle ese reloj supone una mínima parte de su patrimonio… Sí, es cierto, pero no tiene porque hacerlo y no todos lo hacen.
A mí, siempre me da fuerza, el fútbol de una manera o de otra… Me entretiene, me distrae y me hace pensar que se puede construir un mundo mejor…
Personalmente, a mí, que no soy de hablar mucho, y menos de cosas importantes, cuando era pequeña y se murieron mis abuelos, no sabía con quién hablar, de hecho no hablé del tema con nadie.
Eran mis abuelos del pueblo y aunque ya fueran viejitos, cuando eres niño no lo entiendes muy bien y tampoco lo aceptas.
¿Sabéis con “quién” estuve hablando del tema esos días? Con David Villa, bueno, con una foto suya…
Era, y es, el jugador al que más he admirado en toda mi vida. No me acuerdo si todavía era jugador del Real Zaragoza o no…
El caso es que no me contestaba mucho, pero era al único al que en ese momento me apetecía hablarle, me despejé con él. Y supongo que lloré junto a él. Fue una vez más el fútbol, el que hizo que yo expulsara todo lo que tenía en mi interior…
O este año, que el comienzo de la universidad no fue como lo esperado, que se me hizo muy cuesta arriba, que nunca he llegado a estar donde he querido… Solo he pensado en no rendirme nunca como me ha enseñado Gabi Fernández, o en no perder la sonrisa y el trabajo que tanto caracteriza a Toni Doblas.
Y esto son solo ejemplos de las grandes cosas que me ha dado el fútbol, a mí, que prácticamente lo he tenido todo en esta vida.
He visto a mi Zaragoza ganar títulos, he llorado con él tanto de felicidad como de tristeza y frustración. Pero eso es lo más grande, porque después de llorar me saca la sonrisa más grande, porque puede que me enfade, pero también me da las mayores alegrías.
Y eso es lo que hace más grande el fútbol, que es más que un sentimiento, y con el sentimiento no se juega.
Y sabiendo lo que ha hecho Abidal, y la lección de vida que nos ha dado a todos, y sobretodo la fuerza que le dio a ese niño… Sabemos que esto es algo más, y que solo los que amamos este deporte, somos capaces de ver su grandísima grandeza.
Gracias por esta nueva lección Eric.

domingo, 8 de enero de 2012

Juntos podemos... Pero no lo estamos.

Ya no sabemos si creer, o si dejar de hacerlo. No sabemos si seguir luchando, o esperar a que llegue el día en que se confirme que realmente ya no somos de primera. No sabemos si apoyar a esos chavales que todos los domingos se visten nuestra camiseta, la del león, o si dejarles navegar por esta agua revueltas a ellos solos, porque realmente no nos dan razones para seguir creyendo en ellos.
Y no lo sabemos, porque a nosotros nos han enseñado, que NUNCA se rinde.
El problema está en que, quien parece que se ha rendido son ellos. Esta semana nos ha dejado el corazón, Leo, se ha ido a su tierra, entre lágrimas, y ¿a nosotros que nos queda? Pensar en los de años anteriores y creer que ellos si que le echarían huevos… Porque nos lo han demostrado. Estos no.
Y duelen más estas derrotas, porque les vemos arrastrándose por todos los campos de España, sin alma, porque quizás el alma se fue este verano con todos aquellos jugadores que sí sentían al león rugir en su pecho, como fueron Gabi, Toni, Ander, Laguardia… O los que sin sentir realmente al león, fueron dignos profesionales de este bonito mundo que nos une que es el fútbol, como fueron Contini, Jarosik, Diogo, Jorge López, Bertolo, Boutahar…
Y entonces nos traen rumores de Hugo Almeida, nos venden que Juárez y Barrera son los mejores de la selección mexicana y que tenemos suerte de que esté aquí Aguirre por el atractivo que tendría el Zaragoza para ellos… Ahora que no está Aguirre nos los tenemos que comer con patatas…
Mientras tanto, también nos guardamos a gente como Leo Franco, al que le es muy cómodo ir a “entrenar” todos los días a la ciudad deportiva, sin la ambición de jugar, porque estando Roberto para que intentarlo… Pero eso sí, a esperar su remuneración cada 31 de todos los meses no se lo quita nadie. Da gusto vivir sin trabajar...
Mientras tanto Agapito nos dice que da un paso atrás, y nosotros nos lo volvemos a creer, nos trae a Arenere y compañía que no hacen más que cambiar el organigrama del club, mientras Agapito negocia al nuevo entrenador, pero Arenere tiene total poder…
Y siguen aumentando los directivos, y aquí no hay un solo fichaje que nos de un poco de esperanza, todo lo contrario, se va nuestro capitán, aquel jugador que desde que tengo uso de razón viste la elástica blanquiazul, el último batallador que nos quedaba de aquella guerra en Montjuic o Mestalla…
Desde que recuerdo un partido de fútbol del Real Zaragoza, en todos ellos estaba Leo Ponzio, sin contar ese periodo de tiempo en el que se fue también a ayudar a River porque no se entendía con Víctor Fernández. Nos dejó en puestos de Europa y volvió en segunda división… Y le echaremos de menos, no solo por ser el corazón, la garra y el orgullo de este Real Zaragoza en los últimos años, si no que además sus lágrimas en su despida, nos muestran lo que es un jugador y no un mercenario. Se fue por motivos personales, perdonando casi un millón de euros, y nos deja, como no podría ser de otra manera, eternamente agradecidos…
Pero mientras tanto aquí seguimos, los de siempre, los que pagamos nuestro abono, los que les vemos por la tele, a los que nos dejan siempre con el alma en vilo, en cada partido, en cada minuto, en cada jornada…
Seguimos sufriendo los mismos de siempre, y para que… El que no entienda que el fútbol no es solo deporte, no me va a entender…
Pero es que no quiero que nadie me entienda. Quiero explicar que esto es ya insostenible… Que en mi corta existencia, es más que probable que vaya a vivir el tercer descenso de mi equipo, esto en poco más de diez años. No hace tanto fuimos campeones de Europa, de copa del rey contra los galácticos o de supercopa de España contra el campeón de liga…
Y no puedo entender como nos engañaron para hacernos creer que este año iba a ser diferente, que este año no iba a sufrir, o no demasiado, y en las primeras jornadas así lo parecía. Hasta que fuimos al Reyno de Navarra… No sé que les dieron allí, pero a partir de entonces no levantamos cabeza, y tampoco hacen mención de intentarlo.
Y todos nos dábamos la enhorabuena por el gran fichaje de Roberto, nuestro salvador dos años antes, un porterazo… Mientras un supuesto fondo de inversión, invierte en él y solo en él 8,6 millones de euros. Y el resto de España se tira de los pelos y nosotros aplaudimos. ¡Hala! Q bien, tenemos un superportero de la categoría de los grandes.
¿Y las demás zonas? ¿Y la defensa? ¿El mediocampo? ¿Completar la plantilla?
Bah, teniendo semejante portero no necesitamos de lo demás…
Lo siento pero no, el año pasado según el resto del mundo teníamos peor portero (…) yo no lo veo así, pero bueno, por lo menos teníamos una plantilla equilibrada, cuando apareció Uche. Teníamos portero, defensas, mediocampo y en ocasiones delantera. ¿Y este año? La única manera de hacer algo es pelotazo arriba de Roberto y que le caiga a Luis García o a Postiga…
Y sé que vais a pensar que al ser precisamente yo, la que diga todo esto, la persona que adora sin peros a Toni Doblas, no esta siendo parcial. Quizás en muchos otros aspectos no lo sea. Quizás no quiera serlo. Pero de verdad que creo que aquí tengo toda la razón del mundo. Podemos despilfarrar todo el dinero que queráis en un solo jugador, pero no va a servir de nada, porque más valen 11 mediocres que uno cojonudo y 10 conos. Porqué así, simplemente no se puede. Ni aunque vinieran Messi y CR7…
Creo que si el año pasado teníamos la fe que este año quizás no tengamos, fue porque teníamos una plantilla, un equipo, mediocre y lo que queráis, pero este año solo tenemos portero y delantero. Y así, simple y llanamente no se puede y no se podrá.
Tenemos toda nuestra fe puesta en el mercado de invierno, en que se hagan bien las cosas que en verano no se hicieron… Y probablemente nos tengamos que comer los mocos. Porque la esperanza este año se la han llevado Gabi y demás… Porque parece ya que ni se va a intentar.
Solo quiero entender, el porqué ha desaparecido toda la fe y las ganas que tenía el año pasado, si realmente estábamos parecidos. Y esto es, por esta panda de jugadores que dicen defender el escudo que me da la vida con todo, y no es así, porque todos lo vemos…
Quisiera ver a Roberto como el salvador que todos veis, pero de verdad, que lo veo mucho más como el destructor, eso sí, sin ser suya ni una milésima parte de culpa…
Achacarlo a mi Zaragocismo, a mi manera de no entender nada, a que mi ídolo sea Doblas… A lo que queráis, pero si después de haber leído todo, habéis asentido en una sola frase sobre Roberto, habéis creído que igual tengo razón… Quizás es hora de replantearse, que a lo mejor, el problema empezó ya en julio y que tiene muy difícil arreglo.
Lo que pasa que no conocemos la palabra rendirse, y seguiremos aquí hasta el final… Hasta que los números nos hagan decir, que VOLVEREMOS.
Y aunque no entienda muy bien porqué, hay algo por dentro que me dice que SÍ