miércoles, 4 de julio de 2012

Curados de espanto


Un tiempo antes de las Agapitadas, el señor Javier Aguirre nos enseñó sus Aguirradas… Pero antes de ese momento, un 21 de mayo de 2011, Aguirre era uno de los héroes de otra permanencia zaragocista in extremis.
La afición del Real Zaragoza vitoreaba al mexicano y ponía su renovación por delante de todas las cosas, se le exigió a Agapito por activa y por pasiva que renovara al azteca, por lo civil o por lo criminal.
Y así fue, Aguirre firmó y todos contentos, se aventuraba una nueva etapa, un entrenador iba a renovar al club entero, no íbamos a pasar apuros la siguiente temporada, ilusión… Hasta que comenzaron las Aguirradas. La primera llegó con la sorpresa del fichaje de Roberto Jiménez, el Real Zaragoza acumulaba tres porteros, como es obvio el recién fichado tenía hueco en el equipo, Leo Franco o Toni Doblas tenían que salir, la decisión era única y exclusivamente de Javier Aguirre, aunque el club nunca quiso ocultar su predilección por el guardameta andaluz debido a su salario, mucho más bajo que el del argentino. La afición, con voz pero sin voto, también se decantó por el portero de Bellavista, por su recuerdo de la temporada del ascenso, en la que Toni Doblas fue decisivo, por el recuerdo de la anterior campaña, por su salero y su simpatía, porque siempre ha sentido ese “feeling” tan necesario con la grada, por su adaptación tan perfecta a la ciudad y al club… Una afición que una vez más se vio ninguneada.
La primera Aguirrada, pasando por encima de todo y de todos, con el permiso obviamente del club, se decanta por el portero argentino. Nunca fue pública su opinión, ocultándola en partidos como el amistoso ante el Numancia de todos los veranos, en el que fueron convocados Roberto y Alcolea. Su decisión fue definitiva cuando el primer partido de liga de la temporada 2011-2012 fueron convocados Roberto y Leo Franco, Toni Doblas a la grada y obligado a salir el 31 de agosto a última hora.
La siguiente y más sonada Aguirrada fue la cesión de sus dos compatriotas, Efraín Juárez y Pablo Barrera. Ambos extracomunitarios, la entrada al club del primero de ellos suponía que el lateral zurdo, Ivan Obradovic, se quedara sin ficha. El mejor jugador de campo del Real Zaragoza tuvo que estar seis meses entrenando sin poder jugar ni un solo minuto. Además el rendimiento de Efraín Juárez fue bastante menor del esperado y en enero se le dio salida, en beneficio del serbio.
Tres canteranos tenía el Real Zaragoza en el primer equipo hasta el 31 de agosto, dos de ellos, los más jóvenes, tuvieron que buscarse una cesión si querían tener alguna oportunidad de jugar. Goni y Víctor Laguardia, dos centrales, encontraron su lugar en Cartagena y Las Palmas respectivamente. Fue petición expresa de Javier Aguirre que creía que ninguno de los dos tenía nivel para primera. Goni no ha gozado de muchos minutos, pero Laguardia ha completado una temporada en la que ha sido bastante regular y en la que ha tenido participación importante en el equipo. Se entiende que cada entrenador tiene sus gustos y que a lo mejor, realmente, ninguno de los dos tenía nivel para primera, pero con su salida el Real Zaragoza tenía dos centrales puros (Da Silva y Lanzaro) más Mateos que no tenía nada que envidiar a Goni o Laguardia. Durante toda la temporada tanto Javier Aguirre como Manolo Jiménez tuvieron que improvisar, retrasando la posición de Meira el primero y reconvirtiendo a Paredes de lateral zurdo a central el segundo. Incluso Laguardia podría haber actuado de lateral derecho y Juárez hubiera podido jugar en su posición natural.
Y partido a partido se fue demostrando la mala organización de la plantilla, en la que la pretemporada comenzaba una vez más cuando empezaba la liga. Los malos resultados no solo fueron culpa de Javier Aguirre, pero su no saber reaccionar y sus Aguirradas nos llevaron a la última posición de la tabla.


Y en enero llegó Don Manolo Jiménez, que con coraje, valor y sinceridad se hizo enseguida con el cariño y el calor de la Romareda. No consiguió la victoria hasta su sexto partido, pero Zaragoza comenzó a ilusionarse con conseguir un imposible, que ya el primer día Manolo demostró que era posible.
Acabó la temporada y Jiménez se convirtió en el héroe, la primera división nos esperaba un año más, pero Manolo acababa su vinculación con el Real Zaragoza. La afición una vez más aclamaba al cielo que solo se podía construir un futuro digno de la mano de Manolo Jiménez. El técnico sevillano terminó firmando un nuevo contrato, que además le daba plenos poderes en la parcela deportiva, el de Arahal quería tener a gran parte de la plantilla al comienzo de la pretemporada, el 5 de julio, a día de hoy, miércoles 4 de julio, no ha habido un solo fichaje. Y lo que es todavía peor, ha habido varias bajas.
Ángel Lafita, el último aragonés en la primera plantilla acababa contrato y abandonada la entidad maña. Apoño, Zuculini, Pablo Álvarez, Dujmovic, Mateos, Barrera y Ruben Micael terminaban sus cesiones en el equipo maño y volvían a sus clubes de origen. Leo Franco, Paredes y Carlos Aranda terminaban contrato. Y de momento solo ha renovado el capitán Javier Paredes. Y regresan a la plantilla Toni Doblas, Goni y Víctor Laguardia de sus respectivas cesiones. De los tres, Manolo Jiménez solo cuenta con los servicios del central aragonés, Víctor Laguardia. El técnico sevillano no cree que Goni tenga nivel de primera división, y para la portería prefiere renovar al portero argentino de 35 años, Leo Franco. La renovación de este sería muy a la baja y a Jiménez le gusta por su buen hacer en el vestuario. La afición una vez más no tiene ni voz ni voto.
Jiménez tampoco quiere a Juan Carlos, jugador joven, que si bien no ha tenido muchos minutos y oportunidades, ha demostrado que tiene un gran potencial y que si se le trata con el mimo y la dedicación adecuada puede dar muchas alegrías a esta afición. Da Silva ya ha abandonado el club y parece que Luis García tiene su destino en México… Postiga está de vacaciones post Eurocopa, por lo que el Real Zaragoza tendría a 8 jugadores del primer equipo para iniciar la pretemporada. La plantilla casi completa que pidió Manolo…
Y hoy ha saltado la noticia de que Jiménez no confía en Lanzaro y también le buscaría salida… Se trata de un jugador de la plantilla que lleva bastante tiempo en el club y que defiende los colores a vida o muerte.
Después del partido ante el Málaga con Manolo Jiménez en el banquillo, en el que el equipo perdió por 5-1, el sevillano dijo que sentía vergüenza y que si la volvía a sentir dimitiría. Llegó el partido de la Real Sociedad en el que el equipo tampoco dio la talla, pero Manolo no dimitió.
No lo hizo porque creyó en el proyecto y creyó que era posible lograr eso que en enero parecía imposible. Lo hizo por fe, lo hizo por la afición, por sus jugadores, por la ciudad… Y menos mal que lo hizo. Pero falló a su palabra.
Todavía es muy pronto, y queda una larga pretemporada por delante, pero no me gustaría estar escribiendo estas líneas dentro de un año y decir que Jiménez se confundió, ojala la confundida sea yo,  no habría cosa que disfrutase más. Ojala todo esto que se está diciendo no se acaben convirtiendo en Manoladas y Manolo acabe como acabó Javier Aguirre.
Pase lo que pase tendré el mejor recuerdo posible de este gran hombre, que dio todo por este escudo desde el banquillo y demostró que la fe y la unión mueven montañas. Quiero que lo demuestre también al año que viene y que dentro de un mes esto no sean más que rumores y Manolo haga lo mejor para este club, siempre respetando a su “único maletín”, la afición.
Lo espero de verdad Manolo, confío en tu palabra y en tus actos. Te lo has ganado. Eres un gran hombre, y como todo ser humano tiene derecho a equivocarse, puedes hacerlo, de hecho lo harás, pero que estos errores no sean tan grandes como para tener que despedirnos en enero, porque tú eres tan grande que la ausencia de tu persona no habría entrenador que la llenará. Gracias, y por favor Manolo, no hagas Manoladas.