Un tiempo antes de las Agapitadas, el señor Javier Aguirre nos enseñó
sus Aguirradas… Pero antes de ese
momento, un 21 de mayo de 2011, Aguirre era uno de los héroes de otra permanencia
zaragocista in extremis.
La afición del Real
Zaragoza vitoreaba al mexicano y ponía su renovación por delante de todas las
cosas, se le exigió a Agapito por activa y por pasiva que renovara al azteca,
por lo civil o por lo criminal.
Y así fue, Aguirre firmó y
todos contentos, se aventuraba una nueva etapa, un entrenador iba a renovar al
club entero, no íbamos a pasar apuros la siguiente temporada, ilusión… Hasta
que comenzaron las Aguirradas. La
primera llegó con la sorpresa del fichaje de Roberto Jiménez, el Real Zaragoza
acumulaba tres porteros, como es obvio el recién fichado tenía hueco en el
equipo, Leo Franco o Toni Doblas tenían que salir, la decisión era única y exclusivamente de
Javier Aguirre, aunque el club nunca quiso ocultar su predilección por el
guardameta andaluz debido a su salario, mucho más bajo que el del argentino.
La afición, con voz pero sin voto, también se decantó por el portero de
Bellavista, por su recuerdo de la temporada del ascenso, en la que Toni Doblas
fue decisivo, por el recuerdo de la anterior campaña, por su salero y su simpatía,
porque siempre ha sentido ese “feeling” tan necesario con la grada, por su
adaptación tan perfecta a la ciudad y al club… Una afición que una vez más se
vio ninguneada.
La primera Aguirrada, pasando por encima de todo y
de todos, con el permiso obviamente del club, se decanta por el portero
argentino. Nunca fue pública su opinión, ocultándola en partidos como el
amistoso ante el Numancia de todos los veranos, en el que fueron convocados
Roberto y Alcolea. Su decisión fue definitiva cuando el primer partido de liga
de la temporada 2011-2012 fueron convocados Roberto y Leo Franco, Toni Doblas a
la grada y obligado a salir el 31 de agosto a última hora.
La siguiente y más sonada Aguirrada fue la cesión de sus dos
compatriotas, Efraín Juárez y Pablo Barrera. Ambos extracomunitarios, la
entrada al club del primero de ellos suponía que el lateral zurdo, Ivan
Obradovic, se quedara sin ficha. El mejor jugador de campo del Real Zaragoza
tuvo que estar seis meses entrenando sin poder jugar ni un solo minuto. Además
el rendimiento de Efraín Juárez fue bastante menor del esperado y en enero se
le dio salida, en beneficio del serbio.
Tres canteranos tenía el
Real Zaragoza en el primer equipo hasta el 31 de agosto, dos de ellos, los más
jóvenes, tuvieron que buscarse una cesión si querían tener alguna oportunidad
de jugar. Goni y Víctor Laguardia, dos centrales, encontraron su lugar en
Cartagena y Las Palmas respectivamente. Fue petición expresa de Javier Aguirre
que creía que ninguno de los dos tenía nivel para primera. Goni no ha gozado de
muchos minutos, pero Laguardia ha completado una temporada en la que ha sido
bastante regular y en la que ha tenido participación importante en el equipo. Se
entiende que cada entrenador tiene sus gustos y que a lo mejor, realmente,
ninguno de los dos tenía nivel para primera, pero con su salida el Real
Zaragoza tenía dos centrales puros (Da Silva y Lanzaro) más Mateos que no tenía
nada que envidiar a Goni o Laguardia. Durante toda la temporada tanto Javier
Aguirre como Manolo Jiménez tuvieron que improvisar, retrasando la posición de
Meira el primero y reconvirtiendo a Paredes de lateral zurdo a central el
segundo. Incluso Laguardia podría haber actuado de lateral derecho y Juárez
hubiera podido jugar en su posición natural.
Y partido a partido se fue
demostrando la mala organización de la plantilla, en la que la pretemporada
comenzaba una vez más cuando empezaba la liga. Los malos resultados no solo
fueron culpa de Javier Aguirre, pero su no saber reaccionar y sus Aguirradas nos llevaron a la última
posición de la tabla.
Y en enero llegó Don Manolo
Jiménez, que con coraje, valor y sinceridad se hizo enseguida con el cariño y
el calor de la Romareda. No consiguió la victoria hasta su sexto partido, pero
Zaragoza comenzó a ilusionarse con conseguir un imposible, que ya el primer día
Manolo demostró que era posible.
Acabó la temporada y Jiménez
se convirtió en el héroe, la primera división nos esperaba un año más, pero
Manolo acababa su vinculación con el Real Zaragoza. La afición una vez más
aclamaba al cielo que solo se podía construir un futuro digno de la mano de
Manolo Jiménez. El técnico sevillano terminó firmando un nuevo contrato, que
además le daba plenos poderes en la parcela deportiva, el de Arahal quería
tener a gran parte de la plantilla al comienzo de la pretemporada, el 5 de
julio, a día de hoy, miércoles 4 de julio, no ha habido un solo fichaje. Y lo
que es todavía peor, ha habido varias bajas.
Ángel Lafita, el último
aragonés en la primera plantilla acababa contrato y abandonada la entidad maña.
Apoño, Zuculini, Pablo Álvarez, Dujmovic, Mateos, Barrera y Ruben Micael
terminaban sus cesiones en el equipo maño y volvían a sus clubes de origen. Leo
Franco, Paredes y Carlos Aranda terminaban contrato. Y de momento solo ha
renovado el capitán Javier Paredes. Y regresan a la plantilla Toni Doblas, Goni
y Víctor Laguardia de sus respectivas cesiones. De los tres, Manolo Jiménez
solo cuenta con los servicios del central aragonés, Víctor Laguardia. El técnico
sevillano no cree que Goni tenga nivel de primera división, y para la portería
prefiere renovar al portero argentino de 35 años, Leo Franco. La renovación de
este sería muy a la baja y a Jiménez le gusta por su buen hacer en el
vestuario. La afición una vez más no tiene ni voz ni voto.
Jiménez tampoco quiere a
Juan Carlos, jugador joven, que si bien no ha tenido muchos minutos y
oportunidades, ha demostrado que tiene un gran potencial y que si se le trata con
el mimo y la dedicación adecuada puede dar muchas alegrías a esta afición. Da
Silva ya ha abandonado el club y parece que Luis García tiene su destino en México…
Postiga está de vacaciones post Eurocopa, por lo que el Real Zaragoza tendría a
8 jugadores del primer equipo para iniciar la pretemporada. La plantilla casi
completa que pidió Manolo…
Y hoy ha saltado la noticia
de que Jiménez no confía en Lanzaro y también le buscaría salida… Se trata de un
jugador de la plantilla que lleva bastante tiempo en el club y que defiende los
colores a vida o muerte.
Después del partido ante el
Málaga con Manolo Jiménez en el banquillo, en el que el equipo perdió por 5-1,
el sevillano dijo que sentía vergüenza y que si la volvía a sentir dimitiría. Llegó
el partido de la Real Sociedad en el que el equipo tampoco dio la talla, pero
Manolo no dimitió.
No lo hizo porque creyó en
el proyecto y creyó que era posible lograr eso que en enero parecía imposible.
Lo hizo por fe, lo hizo por la afición, por sus jugadores, por la ciudad… Y
menos mal que lo hizo. Pero falló a su palabra.
Todavía es muy pronto, y
queda una larga pretemporada por delante, pero no me gustaría estar escribiendo
estas líneas dentro de un año y decir que Jiménez se confundió, ojala la
confundida sea yo, no habría cosa que
disfrutase más. Ojala todo esto que se está diciendo no se acaben convirtiendo
en Manoladas y Manolo acabe como acabó
Javier Aguirre.
Pase lo que pase tendré el
mejor recuerdo posible de este gran hombre, que dio todo por este escudo desde
el banquillo y demostró que la fe y la unión mueven montañas. Quiero que lo
demuestre también al año que viene y que dentro de un mes esto no sean más que
rumores y Manolo haga lo mejor para este club, siempre respetando a su “único
maletín”, la afición.
Lo espero de verdad Manolo,
confío en tu palabra y en tus actos. Te lo has ganado. Eres un gran hombre, y
como todo ser humano tiene derecho a equivocarse, puedes hacerlo, de hecho lo
harás, pero que estos errores no sean tan grandes como para tener que
despedirnos en enero, porque tú eres tan grande que la ausencia de tu persona
no habría entrenador que la llenará. Gracias, y por favor Manolo, no hagas Manoladas.