martes, 28 de febrero de 2012

Antes de marcharme ya quería volver, antes de llegar ya quise quedarme.


¿Cómo explicarle a la gente que te vas a recorrer cerca de 250 km para ver a una persona? Descripción gráfica:
Comenzaba el día alrededor de las diez y cuarto de la mañana, en la heladora estación Delicias, pero que más daba en Tarragona íbamos a estar a veinte graditos…
10:45 de la mañana, comienza nuestro camino hacia la ciudad romana, Ana y yo ya comentamos nuestros nervios, que se calmaban conforme íbamos hablando de nuestro Zaragoza, de nuestro desastre mejor dicho, hablando de las últimas veces que habíamos visto a los Antonios… Comenzaba así nuestro Antonio’s day. Las primeras horas, fueron más o menos relajadas, cada cartel que ponía Tarragona apuntalaba nuestros nervios… La última media hora fue eterna, estábamos entrando, pero no llegábamos nunca, pero al final llegamos.
Nos encontramos en medio de una ciudad desconocida, menos mal que Ana había hecho los deberes y sabía con todo lujo de detalles a donde nos teníamos que dirigir… Impresionante el dominio de Google Maps!
Comimos en un Mc’Donnals, todo lo rápido que pudimos, porque antes de ir al Nou Estadi, había que hacer una pequeña visita al mar…
Un día soleado, alrededor de veinte grados y el mar… Nosotras con los nervios a flor de piel mientras observamos su pacífica tranquilidad, su ir y venir pese a todo y pese a todos. Tocamos con la punta de los dedos el agua, que esta si que no se olvidaba de que estábamos en el mes de febrero.
Como ya no aguantábamos más y los equipos estaban a punto de llegar, sobre las cuatro de la tarde pusimos dirección a lo único que realmente quisimos ver en todo el viaje, el Nou Estadi. Cuando llegamos apenas había gente, nos sentamos donde pudimos, al solcito tarraconense, el abrigo nos sobró durante todo el día.
Y esperamos minuto tras minuto, esta vez sí entre nervios y risas, un señor que avisa: “Arriba el bus del Xerez…” yo perdía, llegaba antes el Xerez, Ana reía, pero siempre se ha dicho que ríe el último ríe mejor y ¿que pasó? Que se acercaba el bus del… Nástic, vaya con el señor catalán que apuntalo mis nervios y al rato los apartó hasta después de un tiempo…
Baja Longui del autobús, nos ve, se acerca, dos besos, que tal, nos da las invitaciones y… Una en cada punta del campo, “Longás el espléndido” se había empanado… Pues no quedaba otra que preguntar para ver que podíamos hacer, pero antes de eso, aún faltaba por llegar el Xerez CD. Ana y yo seguíamos al solcito, ese que no se ve mucho en Zaragoza, y está vez si que “arribava” el bus del Xerez… Y dentro del autobús, estaba lo más grande de Sevilla, saludándonos con esa gracia andaluza. Hasta que no le pregunté a Ana no estaba muy segura de si había sido Toni o no, de esto que la emoción no te deja pensar mucho… Y con el sol de cara menos.
Van con prisa así que no pudimos verle antes del partido, no pasaba nada, quedaba mucho por delante.
Vamos a intentar arreglar, lo que el empanao de Longás nos había liado… Jajaja y sin ningún problema, nos dicen que qué cabeza tiene este hombre y podemos entrar las dos por la misma puerta. Selección del mejor sitio, en primera línea para ver el partido con todo lujo de detalles… Haciendo tiempo hasta que comience el partido. Menudo estadio en del Nástic, con su video marcador y todo. El césped no estaba tan bien…
Nos sentamos en unos asientos, juro que más sucios que los de la Romareda y a esperar contemplando los tres coches que habían plantado en el medio del campo… Esto en la Romareda tampoco pasa!!
Sale un utillero del Nástic y coloca las cosas en la portería contraria de la que estábamos… Por lo tanto el Xerez calentaba en nuestra portería.
Sale a calentar lo más grande que ha nacido nunca, nos ve (cosa no muy complicada ya que éramos casi las únicas que habíamos entrado ya al estadio… Estamos hablando de las cinco de la tarde) y nos saluda otra vez, con esa gracia característica, esta vez sí, no tenía dudas de que era él… Jajaja.
Acaba el entrenamiento, comienza el partido. Ana y yo divididas entre el Nástic de Longás y el Xerez de Toni Doblas… Penalti, celebrado ya en la grada como el primer gol del partido. Ana y sobretodo yo, no estábamos tan seguras… Ella tenía el alma dividida, yo no. Sabía que lo tenía que parar, y para mis adentros y en una voz muy bajita solo decía: “Vamos Toni, vamos”.
Y jodo si vamos… Fue el mejor regalo que me pudo hacer. Toda la grada alicaída, decepcionada, soplando o pitando. Yo, sonriendo, aplaudiendo y casi gritando, no lo hice porque me parecía un gesto feo. Pero el orgullo que sentí no me lo quitó nadie. Rodeada de alrededor de 3000 personas, que querían justo lo contrario que tú, el motivo de ese viaje demostró todo lo que valía, silenciando al estadio entero… Menos a mí. Oí alguna critica que otra, por la camiseta que llevaba puesta, pero a mi me daba igual, en ese momento estaba disfrutando como una niña pequeña…
Y entre la elegancia, el toque, y lo majico que estaba Longás en el campo, llegó el gol de José Mari, así acabó el partido. Ganaba el Xerez y se hundía el Nástic.
Salimos fuera del campo, visitantes y locales salían por puertas diferentes… Sabíamos que Longás nos tenía que esperar, le teníamos que devolver los abonos, y tampoco tenía prisa. Por lo que nos quedamos en la zona de los visitantes.
Aparece el primero, Israel, con el chándal del Xerez, salió alguno más… Poco nos importaba ya solo queríamos ver a uno.
Para cuando salió Toni el clima había variado un poco, comenzaba a refrescar, suficiente con una chaqueta. Vaya clima hay por tierras catalanas…
No sé si fue porque mi objetividad hacia él hace días que dejó de ser la de cualquier persona, o porque fue así realmente, pero fue el más aclamado de ambas aficiones… Teníamos a un grupo (supongo que el único) de gente del Xerez delante, solamente entendí lo que dijo una chica: “Mira el Doblas, hoy se ha portao, se ha portao”. Y se había portado, tenía toda la razón del mundo.
Se paró con todo el mundo, nosotras le mirábamos un poco apartadas, esperando a que nos viera, cuando nos interceptó, ya no había nada de que preocuparse… Más tarde o más temprano iba a venir. La duda era que cuando iba a salir Longui, pues sí, efectivamente cuando vimos que Toni avanzaba un poco, salió Longás por la otra puerta, siempre reconocible por su mítica mochila. Pero no se movió de ahí, así que esperamos a Toni…
Realmente no me dí cuenta de que llegaba hasta que no lo tuve al lado… Y de aquí para delante todo genial, como no puede ser ya de otra manera… Tanto Longás como él se portaron de diez, viéndolos jugar todavía me parece increíble que ambos estén en segunda, no lo podré entender jamás.
Las sonrisas de los dos, sus palabras, sus gestos… Todo les sale de adentro, y los hace todavía más grandes si cabe… Entre ellos también se dieron cuenta de la grandeza del otro, demostrado queda cuando nos dijo Longás: “Ese es Doblas ¿no? Que tío más majo, cada vez que me ve me dice ‘Qué tal, mañico?’ y eso que no coincidimos en el Zaragoza ni nada…” Ahí queda eso, no tengo mucho más que añadir, que los siguiente segundos, minutos y horas, se hicieron eternos a la vez que mágicos. Que este 25 de febrero pasara a la historia, a nuestra historia, por méritos propios.
Que lo que vivimos fue tan exageradamente grande, que jamás lo habíamos soñado así.
Sólo espero que tanto el fútbol como la vida, les devuelva a estos dos gigantes lo que se merecen. Porque realmente, se lo tienen muy ganado.
No quiero decir nada que ellos dos no sepan ya, o que Ana y yo no nos hayamos encargado de decirles. Que me parecen tan grandes que este viaje nadie lo paga ni con km, ni con dinero... Si pudiera, lo repetiría cada fin de semana de mi vida…
Porqué ellos son así, simplemente enormes. Y no tengo nada más que decir…
 ERES UN TÍO TREMENDO Y TODO LO QUE HACES TE SALE DE DENTRO.
Y SÓLO EXISTE HACIA TI ADMIRACIÓN, LO QUE TÚ TIENES NO LO TIENE NADIE, ERES MUY GRANDE, TIENES ESE DON...

No hay comentarios:

Publicar un comentario